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La semana pasada dialogábamos en esta columna respecto de la competencia constante de los estudios de cine respecto de sus productos afianzados en el ámbito del mercado superheroico. Como sabrás, esta semana se conoció la impresionante noticia que daba cuenta de la compra de Marvel por parte de los estudios Disney. Desde ese día, hay infinidad de tontas especulaciones respecto del futuro de los personajes de la editorial.

Conviene, antes de dejarse llevar por fanatismos, comenzar a analizar la situación y prestar atención a las declaraciones escasas oficiales que hay en el tema.

Por un lado, se puede decir que es una de las fusiones (sino la más) más importantes de la década en materia de lograr una sinergia de productos. Es obvio que a Disney le interesa (como en su momento sucedió con TIME-Warner) quedarse con el porfolio de personajes a fin de contar con ese amplio background de material para futuras películas. Películas de un género, como venimos analizando en este segmento, que llena salas y que, en éstas épocas de escasa concurrencia al cine, es una inversión algo segura.

Partiendo de esta base, habría que analizar los perfiles de acción y conceptos empresariales. Marvel tiene en su haber ser la editorial que revolucionó el concepto de superhéroe varias décadas atrás, cuando incorporó una serie de temáticas que el género no trataba. Esas temáticas ubicaron a la empresa y a los autores en un sector progresista respecto del lenguaje instaurado. Con el tiempo, esa mística sufrió diferentes modificaciones, pero el espíritu de búsqueda e innovación se retomó en los últimos diez años con el acierto en la concepción de las películas que llegaron al cine (de la mano del Spiderman de Raimi) y con la puesta en marcha como editor de Joe Quesada, un artista y fan de la primera hora que le imprimió al porfolio de caracteres el aire nuevo que precisaba. ¿Y qué hay de Disney? Lo primero, es aceptar que es una de las productoras de contenidos más conservadores del merado audiovisual, no obstante y fruto de las fusiones y compras de empresas, los productos que responden a la firma han logrado cierta autonomía y vuelo propio, con un mensaje mucho más abierto e interesante. Además, más allá del conservadurismo, no hay que olvidar la importancia de la empresa, a lo largo de la historia, en materia de innovación en técnica de animación por sobre todas las cosas. Y Disney es Pixar y también su distribuidora Buen Vista y los estudios Miramax. Con este panorama, el balance, el análisis puede ser algo más pertinente que el mero carácter efusivo de la primera instancia.

Las primeras declaraciones que rodean al acentuado hermetismo, indican que Disney respetará las franquicias vigentes de los personajes ya mercerizados: Iron Man sigue en Paramount, y lo mismo pasará con Hulk en Universal, X-Men en Fox y Spidey en Columbia. Obvio, esto es una primera declaración… Especulaciones hay ya muchas y muy negativas respecto del perfil de los personajes en eventuales productos Disney, no obstante el primer rumor que circula es muy interesante: los estudios Pixar estarían en condiciones de llevar adelante una versión en cine de Ant-Man. Y lo más interesante es que, el director de Hot Fuzz, Edgar Wright, ya está desde hace rato trabajando en una película al respecto, que sería producida por los estudios de la lamparita saltarina. Es que, Pixar, quiere abrir su campo de acción al soporte live-action como complemento de las excelentes películas que hacen en animación digital. Si esto se confirma: ¿Por qué no soñar con que Pixar (dentro de Disney) se haga cargo de llevar adelante las películas de superhéroes con el respaldo de la excelente calidad de TODOS sus guiones y el cuidado concepto de producción? Esto sería algo muy, muy bueno. El antecedente es excelente: The Incredibles, una de las mejores películas de superhéroes de la historia del cine. Habrá que apostar a que funcionan también muy bien en la adaptación.

Via:camelot