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  • Vagabond


    En el amplio mundo dedicado a los mangas de samurai, en los últimos años es sin lugar a dudas Vagabond el nuevo rey del género. Y bien merecido lo tiene. El manga es creación del gran Takehiko Inoue, a quien todos recordamos con mucho cariño por ser el padre de Slam Dunk. Inoue nació en 1967, y durante su adolescencia se convirtió en un fanático obsesivo del básquet, deporte que marcaría a fuego su carrera profesional años mas tarde. Sus primeros pasos como dibujante fueron junto al mangaka Tsukasa Hojo en City Hunter, un manga super popular de mediados de los ochenta (que se publicaba en la revista….adivinaron: Shonen Jump) que se trataba de un detective privado cuyas investigaciones siempre involucraban de alguna manera hermosas mujeres. Un muy buen manga de aventura al que varios incluso deben conocer por su adaptación a la pantalla chica. Luego Takehiko, por su cuenta, comenzó sus primeros trabajos en solitario. Aprovechó sus contactos en el Jump y ahí publicó un manga corto llamado Purple Kaede. Luego, Inoue juntó fuerzas con el guionista Kazuhiko Watanabe y ambos presentaron en 1989 Chameleon Jail. El manga constó de dos volúmenes en los que se contaba la historia de un hombre que poseía la habilidad de cambiar su apariencia. El manga fue medianamente popular y el dibujante decidió entonces dar a luz a su obra mas popular, obviamente me estoy refiriendo a Slam Dunk. En 1990 Sakuragi y sus compañeros aparecieron por primera vez en las páginas del Shonen Jump. El éxito fue rotundo, el público se enganchó rápidamente con la propuesta y Inoue se convirtió en un autor recontra taquillero y dueño de una popularidad similar a la de Toriyama, que por esos días también estaba en llamas gracias a los eternos saiyajins. Slam Dunk era la excusa con la que Takehiko podía ambientar un manga en su amado mundo del básquet, y a la vez contar una historia estudiantil con todos los ingredientes que un buen comic de estas características tiene: amor, peleas, amistad y competencia. Slam Dunk se publicó desde 1990 hasta el 96, fue compilada en 31 tomos que se vendieron a lo loco (y que en Argentina se pueden conseguir gracias a la editorial Ivrea). También tuvo una imperdible serie de televisión de 101 capítulos (acá el Magic emitió un primera tanda, incluso se puede decir que, junto a Conan, Slam Dunk fue la última serie IMPORTANTE que emitió el canal), mas 4 películas de animación. Aunque para muchos esto sea difícil de creer, este manga marcó un cambio en el comic de deportes para los lectores nipones. Y no exagero si digo que Slam Dunk fue un crack dentro de la industria. Incluso, cuando hace 2 años se realizó una encuesta en Japón para saber qué manga era el favorito entre los lectores japoneses, el puesto número uno fue para Slam Dunk (para los curiosos, Dragon Ball puesto número 4, Death Note, y Nana nº 50, estén atentos que en el blog luego subirán la lista entera). Luego de terrible éxito, Inoue se tomó unas merecidas vacaciones en las comenzó a pergeñar sus nuevos proyectos. Luego de otro manga de básquet llamado Buzzer Beater, Takehiko creó en 1998 una de sus obras más ambiciosas: Vagabond. El manga adaptaba de manera libre la novela “Musashi”, escrita por Eiji Yoshikawa entre los años 1935 y 1939. La historia es protagonizada por el samurai Miyamoto Musashi, que en Japón es considerado un prócer debido al enorme aporte que hizo a las artes de lucha, y por su desempeño en otras áreas como la pintura, escritura o escultura. Musashi también es el autor de “El libro de los cinco anillos”, una suerte de ensayo sobre kenjutsu (la pelea con katas y todas sus variantes). Pero claro que el comic se focaliza en la etapa de Musashi como guerrero, y el camino hacia la perfección que desarrolló durante toda su vida. Este manga no solo es importante por su figura central y lo que representa para el folclore histórico japonés, sino que también es importante porque significa un salto cualitativo enorme para la obra de Inoue. Basta con mirar esos paisajes, esos personajes e incluso los combates para reconocer que el autor alcanzó el nivel de madurez que esta obra reclamaba. Inoue demostró que puede encajar su estilo a la tónica que el manga requiera. Pero no confundir, que Vagabond esté dibujado como los Dioses, no significa que Slam Dunk esté mal ilustrado, sino que ambas son historias diferentes y que el lápiz del dibujante puede ser igual de efectiva para ambas. El manga aún hoy se edita en Japón, y el último volumen publicado fue el 30. Según Inoue, la obra completa alcanzaría más o menos los 40 tomos. En nuestro país Vagabond es publicado también por Ivrea, y tengan por seguro que es sin lugar a dudas uno de lo mejor que publica la editorial, uno de sus títulos imprescindibles. Y mientras el manga de Musashi triunfa, el autor comenzó a trabajar en una segunda obra paralela: Real, otra historia ambientada en el mundo del básquet que debutó en 2001. Pero a diferencia de Slam Dunk, Real es un manga que se aleja drásticamente de la comedia y que tiene un enfoque mucho más dramático. Este manga aún se publica en Japón, el último volumen editado fue el número 8. Actualmente Inoue, gracias a Slam Dunk pero sobre todo a Vagabond, alcanzó un prestigio altísimo como mangaka. Y con su trabajo sobre Musashi, obtuvo el premio Tezuka, uno de los galardones más importantes dentro de la industria del manga.

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